jueves, 25 de septiembre de 2014

El comienzo

Tenía 9 ó 10 años cuando me enamoré del arte por primera vez. Sucedió en Florencia, Italia, y apenas conservo muchos recuerdos de aquel viaje, lo único que recuerdo y recordaré a la perfección  toda la vida será aquella sensación indescriptible y arrolladora que me causó levantar la mirada del suelo y contemplar por primera vez la catedral de Florencia. La gente observaba el monumento a través del visor de sus cámaras y para mí era imposible apartar la mirada. Al lado de aquel edificio cualquiera se sentía pequeño, pero yo me sentía gigante, cosa irónica cuando eres una cría de 9 años. Poco a poco me fui acercando a la entrada sin apartar la vista de la fachada, subí los escalones y sentí la necesidad de colocar mi mano derecha en el mármol. Tocar con mi propia mano algo que poseía siglos de historia me hizo sentir tan especial, que desde entonces, a cada edificio histórico que voy coloco mi mano derecha en él. Sé que suena a tontería, pero hace que me sienta parte de su historia.
 
Santa María del Fiore desencadenó mi pasión por el arte en la arquitectura, escultura y sobre todo en la pintura. Mi época favorita sin duda es el Renacimiento, siendo la catedral de Florencia mi edificio más preciado. En cuanto a escultura, 'Apolo y Dafne' del Barroco de Bernini y 'Eros y Psique' del neoclásico de Cánovas lideran mi lista, y en pintura, el gran Velázquez ocupa el puesto de pintor favorito, pero, mi pintura favorita es 'El nacimiento de Venus' de Botticelli. Nunca he sabido por qué es mi obra favorita, simplemente supe que lo era.
Venus aparece tan radiante y femenina, y el cuadro está tan lleno de vitalidad… Creo que toda la armonía, belleza, equilibrio y simetría que perseguían en el Renacimiento se encuentra en esta obra.

"Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma" - George Bernard Shaw